lunes, 4 de mayo de 2015

El dormitorio de la niña

Ya se puede enseñar el dormitorio de E. En realidad, todavía no duerme allí, duerme en su cuna en la habitación de su hermano.  Desde el día que nos vinimos a este piso plantamos la cuna junto a la cama de A, a riesgo de que no durmieran ni el uno ni el otro, y allí están los dos por el momento. Se hacen la puñeta y se hacen compañía. Al niño le ha venido muy bien, se acabaron los miedos y las excursiones a nuestra cama cada noche, se siente acompañado y  le gusta. A ella también, ha aprendido las rutinas de dormir más rápido que su hermano, supongo que las cosas se entienden mejor si tienes un hermano mayor de quien copiarte. Lo gracioso es que la niña, como ve que el niño muchas veces ronca por la noche (aunque mejoró mucho desde que lo operaron de vegetaciones), piensa que roncar es lo normal y cuando jugamos a hacernos los dormidos, ella hace como que ronca, resopla haciendo ruidos, lo hace desde que tenía un año, que es desde que duermen juntos. A mí me da risa.