El baño pequeño: Después.

El baño pequeño, del que empecé a dibujar croquis y hablar con el chico de la tienda de baños hace varios meses (porque a pensar, ya habíamos empezado antes), está casi terminado. Del todo no, siempre falta algo, estas cosas se eternizan y no sabes bien por qué. Pero lo importante está hecho, y ha quedado muy bien.


Las fotos del baño como estaba antes de la reforma y de este último apaño están aquí.

Y el croquis, aquí.

Lo primero fue poner la mampara de la ducha. Eso fue antes de Navidad. Teníamos el plato de resina de 120 x 70 desde la reforma, pero como no teníamos mampara estaba inutilizado. Básicamente usábamos el grifo para llenar el cubo del mocho, y el hueco para guardar el carrito de la plancha, que me he dado cuenta ahora de que por culpa de las ruedecitas del carro, el plato de resina se ha marcado un poquito. En fin.

La mampara es una esquinera, así:

Mampara esquinera. Esta es la mejor forma que encontramos para aprovechar el espacio.

La usamos poco, los primeros días para ver que estaba bien sellada, y luego cuando han venido mis padres o mis suegros a vernos. Va muy bien cuando somos más gente en casa. Pero en los días normales usamos la del baño grande, todos, porque ya sólo nos faltaba tener que ir limpiando dos mamparas porque sí.

El mueble de debajo de la encimera es a medida de dos colores, el armazón de color marrón oscuro y los frontales marrón grisáceo. Intentamos que se pareciera a los tonos de las rayas de los azulejos del fondo, ya que nos ponemos. Tiene dos cajones debajo del lavabo para guardar toallas, papel higiénico y algún trasto más. Al lado, una puertecita de 30 cm de ancho en oblícuo, desde la cajonera hasta que empieza el hueco de la lavadora. Y luego, el hueco de la lavadora.

Aquí está, visto desde un lado y desde el otro:

Encima de la lavadora cabe un armario pequeño. No sabíamos si lo pondríamos, pero ahora pensamos que sí. Para poner peines, y cosméticos y todo eso. Todavía no hemos pensado cómo será.

El toallero está en la parte de la izquierda, colgado de la pared (no del mueble), entre el hueco del mueble y la cisterna. Otro máster tuvimos que hacer para ver donde lo poníamos, porque siendo un hueco tan pequeño, todo nos parecía incómodo.

En la puertecita en oblícuo se guardan los potingues de la lavadora. Tiene una estantería que puso el montador en el momento según nos pareció, a ojímetro, midiendo las botellas que quería yo meter y llamando a su mujer para saber la medida de las botellas de su casa porque, decía él, usaba unas botellas de detergente más grandes que las nuestras y vete a saber tú si algún día compras tú una de estas. Pues tienes razón.

Abajo las botellas, y arriba los botes de los productos en polvo. Y no cobro por la publicidad :-). Veis que falta el lateral de la derecha, entre el armario y la lavadora. Tiene que venir a terminarlo.

Lo más caro de todo es la encimera. Es de un material que se llama Corian. Buscadlo en internet y encontraréis un montón de fotos de lavabos, fregaderos y hasta de muebles enteros que hacen con él. Este material se moldea y se corta de forma que queda todo hecho de una pieza, sin juntas. Es de color blanco mate, me han prometido que ni se mancha ni se raya, y si se ensucia se friega con un estropajo de los verdes y se queda como nuevo. Yo todavía no he tenido ocasión de comprobarlo.

Mirad la foto del lavabo, está a continuación del banco, en una pieza y sin juntas:

¡Y eso es todo por hoy!